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Los millennials ya somos vintage

por Rebeca Beleño
Los millennials ya somos vintage

La generación de los millennials dirán los costeños “estamos más allá que acá”.

No sé si les pasa. Pero cuando yo hablaba de los millennials pensaba en gente muy joven, y no es que no lo sean; pero los millennials ya no tienen (tenemos) 25 años. En este punto estamos más cerca de los 30 y los 50 que de los 20. Yo no había sido consciente de esa brecha que estaba viviendo con las nuevas generaciones, porque muy poco estoy rodeada de Centenials.

Para los que aún no lo tienen claro, la diversidad generacional es la siguiente Baby boomers (1945-1964), generación X (1965-1980), generación Y que son los millennials (1981-1996), generación Z los centenials (1997-2010) y generación Alfa (2010 en adelante). Esto es un aproximado de edades, ya que no existe oficialmente un rango estandarizado.

Teniendo en cuenta lo anterior y retomando lo que dije en un inicio sobre no estar consciente de la brecha generacional. Ciertos momentos de mi vida comenzaron a mostrarme que los seres humanos vamos a mil por hora.

Un día viendo videos “x” en redes sociales; vi uno de Vogue de Salma Hayek con su hija donde mostraban lo que llevaban en sus bolsos.

Los audífonos con cable son vintage.

Valentina Pianult, de 14 años, sacó varias cosas, entre ellas, unos audífonos con cable a los que se refirió como vintage. Según la RAE lo vintage son objetos antiguos ¿Desde cuándo los audífonos con cable son algo viejo y usarlos es tener un estilo vintage? ¡Yo los uso!

Días después, una persona le preguntó a un compañero de trabajo sobre qué navegador de internet usaba; a lo que respondió que Chrome, acto seguido el comentario del joven centenials fue “a lo vieja escuela”. Lo entendería si fuera internet Explorer, pero Chrome, que es un navegador que usan 6 de cada 10 personas en el mundo y que tiene el 77.03% de la cuota mundial del mercado de los navegadores de escritorio. Pero al parecer para las nuevas generaciones es vintage también.

Luego, hablando con mi sobrina, que tiene 15 años, le hice la pregunta que mis papás y sus amigos me hicieron a mi tiempo atrás ¿Y ustedes en esta generación que hacen? Con esa pregunta sentí que me envejecí como 10 años.

La conversación con mi sobrina fue la siguiente:

-Tía: ¿Mariale ustedes en las fiestas qué bailan, mejor dicho, aún bailan en las fiestas?

-Sobrina: Sí tía, si bailamos reggateón o pues lo que más le guste a la gente, pero sí se baila.

-Tía: ¿Cuál es la red social que más usan?

-Sobrina: Tik Tok, e Instagram, pero un poco menos.

-Tía: ¿Facebook obviamente no tienen?

-Sobrina: Ush tía, nada.

La conversación siguió y continué sumergiéndome en ese lugar desconocido, en el que quedé anonadada. ¡Y yo creyendo que estaba a la vanguardia!

Cada época y su magia.

Así como mis abuelos me contaron que se enviaban cartas de amor, o que él la pitada con la bocina de su bicicleta a la abuela para que saliera por la ventana.  Así como mis papás cuentan cuando salían de baile, no de rumba ni de farra, léase bien “de baile”. Yo le contaré a las nuevas generaciones cuando llegó el internet y como me tocaba desconectar el cable del teléfono para conectarlo al computador (sonaba una interferencia muy rara) que sé que más de uno recuerda.

Les contaré cuando apareció messenger y los zumbidos, el hi5, metroflog y el Facebook o cuando uno se gastaba el saldo del celular con los mensajes de texto, la llegada de los ringtones con música, el famoso celular V3 de colores, con cámara y de tapita que fue toda una locura, el pin de Blackberry, y por supuesto nuestra recordada enciclopedia Encarta.
Eso es lo divertido y hermoso de la vida, cada época tiene su magia, sus dinámicas. De todas aprendemos y eso es lo que hace a la humanidad crecer. Además, esa brecha generacional es la que hace que las reuniones familiares sean más divertidas, pues no falta el papá, tío o tía o el millennial vintage como yo diciendo “En mi época eso no pasaba” o “Esta juventud de hoy día”.

“Todos queremos llegar a viejos, pero nadie quiere envejecer”

“Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de Dígame”

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