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Contraargumentos de una Bienvenida o We hate your welcome

por Saulo Lizarazo

En su columna de este fin de semana en el diario el Tiempo titulada “Welcome” (7 de Junio), Germán Vargas Lleras, expone su punto de vista respeto al arribo de asesores militares y tropas norteamericanos a Colombia bajo el supuesto de la cooperación internacional contra la lucha antidroga en el país. Se pregunta cándidamente qué de malo puede haber en la llegada de este grupo de asesores militares y argumenta la necesidad de su presencia para combatir el cultivo de ‘coca’, del cual se registran 220 mil hectáreas principalmente en Nariño y Norte de Santander y que son, según dice, el combustible de la violencia en nuestro país.

Esta cooperación de asesores y tropas norteamericanas, olvida Vargas Lleras, tiene como principio que esta deba realizarse por parte del gobierno de la Casa Blanca sustancialmente en su propio suelo, bloqueando la entrada de narcóticos y asegurándose en reducir los índices de consumo de su sociedad. De modo que, bajando la demanda de consumo en ese país, el negocio de la ‘coca’ pierda fuerza y se reduzca el número de cultivos. Y no ocurra lo que aconteció con el Plan Colombia de hace dos décadas, en que producto de la política de reducción de hectáreas sembradas en Colombia en un 50%, el negocio se cotizó mucho más y se hizo más lucrativo en Estados Unidos. ¿Quizá le interese al gobierno de la Casa Blanca nuevamente este fenómeno?

Por otra parte, el presupuesto de defensa del país supera los 10 mil millones de dólares, más de una décima parte del gasto público del país y el más alto de la región, además, las fuerzas de seguridad ascienden a casi medio millón de hombres y mujeres; suficiente presupuesto y personal para que Colombia pueda desarrollar una estrategia de seguridad sin intromisión ajena.

De igual modo, sostiene Vargas Lleras que los asesores y las tropas norteamericanas tendrán como único propósito la lucha antidrogas y que por lo tanto no constituye amenaza para la estabilidad política y social de los países adyacentes al nuestro, especialmente Venezuela; olvidando justamente que uno de los departamentos en los cuales desarrollarán operaciones este equipo de asesores y militares gringos conjuntamente con las fuerzas armadas de Colombia limita con ese país. Y que de acuerdo con  antecedentes recientes ha sido objeto de violación de su territorio por parte del gobierno colombiano. ¿Será que pretextan las mentadas cooperaciones antidrogas en la búsqueda de otros fines?

Enfatiza en que el ingreso de estos asesores y militares norteamericanos no constituyen una provocación ni una amenaza de guerra internacional, “pero si así fuera”, esto no sería un problema dada la presencia de efectivos cubanos y asesores rusos en Venezuela. Afirmación que implícitamente devela  el contenido político de la decisión de ingresar militares gringos a Colombia, pues según él, “el mensaje de una alianza poderosa y confiable con EE.UU. no es malo en el frente internacional” ¿En Dónde queda entonces su planteamiento de que la alianza con Estados Unidos  tiene como objeto paliar un problema doméstico y no uno extra nacional?

Y para dejar en evidencia que esta alianza con Estados Unidos se ubica más en el frente internacional, Vargas Lleras, termina preguntándose acerca de si los nacionales “vemos con simpatía el régimen dictatorial de Maduro”.

Como respuesta a su “bienvenida” de lacayo de los intereses gringos, le espetamos que eso que él llama cooperación para los demócratas del país no es otra cosa que ocupación y violación fragante de la soberanía del país.  Igualmente señalamos que Colombia no necesita alinearse con nadie en el frente internacional ni mucho menos meterse en los asuntos de otros países.

Mientras en el mundo los pueblos se levantan contra el racismo, el fascismo y el esclavismo, echando por tierra todo lo que represente el dominio de estas fuerzas, en Colombia, Duque, Vargas Lleras y todo el establecimiento,  le siguen abriendo las puertas al perenne vasallaje del país. Los demócratas colombianos estamos llamados a levantarnos y echarlos por tierra a ellos.

 

Por, Saulo Lizarazo

Miembro de la Unión Nacional de Artistas –UNA

“Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de Dígame”

 

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