Tatiana Navarro con 27 años junto a su pareja, apuestan por el diseño arquitectónico vanguardista.
Tatiana y su pareja son diseñadores industriales egresados de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá y a quienes una idea en común les brindó la posibilidad de emprender en lo que les apasionaba: el diseño y la transformación de interiores.
En el país, el diseño industrial al parecer no es una carrera tan valorada como otras, sin embargo, Tatiana refiere que se necesita de la misma dedicación, creatividad y pasión al igual que otras profesiones. Desvirtuar este imaginario ha sido uno de los grandes retos para la pareja, al igual que concientizar a las personas de que no es un ‘diseñito rápido y gratis’ sino que se necesita de otros factores y un gran trabajo para lograr plasmar un concepto, ambientar a partir de un estilo y brindarles vida y personalidad a los proyectos.
La pareja sabia que lograr cumplir con sus deseos, requería de compromiso, pero aún más de atreverse por ellos; es así como deciden emprender y trabajar arduamente por lo que anhelaban.
Inicios de un proyecto
RENOart nace hace cuatro años cuando Tatiana y su pareja actualmente, trabajaban en la misma empresa y desde el debate y la discusión sobre aquello que los apasiona, vieron potencial para unificar sus ideas y fusionarlas en la medida que los proyectos y los interesen en común lo permitían. La creatividad, inspiración y el estilo de Tatiana Navarro junto con las habilidades y el dominio tecnológico y comercial de su pareja vislumbró entre ellos, un gran proyecto.
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Hasta el momento, un proyecto que se alternaba con el empleo en la oficina en la que estaban vinculados, refieren que fue compleja esta etapa que duro unos años, sin embargo, la empresa fue creciendo.
Habían estado enfocados en el mobiliario residencial, pero en el 2020 los planes tuvieron que cambiar, pues la pandemia también afectó la vinculación que tenían con la empresa en la que habían estado durante tanto tiempo. La llegada del COVID-19 les obligó a arriesgarse y a enfrentarse a iniciar de cero, con miedo pero con ansias de emprender de lleno en ese sueño compartido que habían estado forjando juntos.
Un sueño hecho realidad
Decidieron trasladarse a la cuidad que vio nacer a Tatiana: Barrancabermeja, un lugar donde encontraron la oportunidad de brindar toda la creatividad y el conocimiento en temas de diseño a la comunidad.
La amabilidad y la confiabilidad son valores que los ha acompañado en el crecimiento de este emprendimiento.
Ven en Barrancabermeja un espacio de transformación, una cuidad vanguardista del diseño arquitectónico donde los barranqueños puedan sentirse en sus viviendas o sus negocios a la altura del mundo moderno. Ellos refieren que esto significa aportarle al territorio progreso, trabajo y, sobre todo, una visión amplia en la que Barrancabermeja sea un lugar para invertir y emprender.
Afirman que los jóvenes están llamados a comprometerse y aportarle a la sociedad desde la formación académica y la experiencia práctica las habilidades, las virtudes, las fortalezas e incluso las debilidades para construir y transformar una idea de negocio con un valor diferencial y único en el mercado.
Emprender posibilita creer en los sueños y potencializa que cada una de las personas que hacen parte de ese sueño, crezcan y confíen en lo que anhelan y visualicen un futuro y bienestar para sí mismo y sus familias.
Estas son las personas que creen en el territorio, que confían en sus sueños y desean aportar a través de la creatividad y la imaginación la transformación y el desarrollo de la región.
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