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El Ministro de Salud padece de cáncer y escribió una conmovedora lista de cosas que le gustaría hacer

por Melissa

El ministro de Salud publicó una texto sobre las actividades que le gustaría hacer, con su familia y por su cuenta, mientras sigue en su lucha contra el cáncer.

Además de ser el ministro de Salud, Alejandro Gaviria se ha hecho conocido por las reflexiones que publica en sus redes sociales o en su blog personal. Esta vez, el funcionario, quien está en tratamiento contra el cáncer, escribió en Instagram la lista de las cosas que le gustaría hacer. Este es el texto:

Ir a Barranquilla, ver el partido de Colombia con Brasil, olvidarme de todo, soltar diez o veinte o treinta hijueputazos y después, gane o pierda la Selección, tomarme tres cervezas a la salida del estadio y hablar mierda y especular tranquilamente sobre lo que fue y pudo haber sido.

Salir a caminar por la carrera séptima, llegar hasta la calle 70, bajar por Quinta Camacho hasta la librería Sanlibrario, comprar dos libros viejos, devolverme caminando, pensando en los problemas y las inclemencias del día, llegar a la casa, acariciar los libros, leerlos a medias, ubicarlos en la biblioteca y sentir que, desde allí, desde lejos, como si irradiaran algo, me hacen feliz. 

Abrir el periódico, escoger una película al azar, cualquiera, ojalá desconocida, sin grandes estrellas, llamar a mi esposa, encontrarnos y entrar a cine, ver la película, salir a tomarnos un café y hablar sobre la vida, sobre los hijos que siempre nos sorprenden, sobre la tragicomedia de las oficinas y sobre las películas que hemos visto y las otras tantas que hemos dejado de ver. 

Salir al parque con Tomás y hablar, cogidos de la mano, dando vueltas y vueltas, sobre los temas de siempre, la raza del próximo perro, la indiferencia de los gatos (casi como la del universo), la inutilidad de las tareas y los video juegos que son como la vida. 

Salir de la casa con mi esposa ya tardecito, dar la vuelta a la esquina, entrar al restaurante italiano, sentarnos en una mesa, pero no frente a frente sino del mismo lado, pedir una botella de vino, cualquiera, y brindar porque estamos juntos y porque estar juntos es suficiente para brindar y brindar.

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