Adriana Beramendi, es la mujer boliviana que en plena pandemia por el COVID-19, dio a luz a cuatrillizos en un parto complicado.
Este hecho ocurrió en Argentina, en el Hospital Materno Infantil Ramón Sardá, después que la mujer viajó a Salvador Mazza, Salta, pasó a Buenos Aires. En busca de una mejor atención clínica.
El hospital mencionado, atiende alrededor de 6.000 partos al año, esto representa el 30% de todos los partos en Buenos Aires. Y desde que comenzó la cuarentena, el porcentaje llegó a 35%.
Adriana desde sus 15 años, y por las patologías que le habían diagnosticado, sabía que era un riesgo dar a luz un bebé. Pero después de perder dos embarazos, más su deseo de ser madre, quedó nuevamente embarazada.
Luego de su primera ecografía, se enteró que tenia en su vientre cuatro bebés y que, con esas cuatro vidas, el riesgo era mayor. La familia de la mujer es boliviana, al igual que Ulises su pareja.
El médico que la atendió le sugirió elegir tres bebés y dejar morir uno, para que los otros tuvieran mejor desarrollo. Pero Adriana se negó, “si tiene que nacer, van a nacer los cuatro”.
Su siguiente control se lo hicieron en la ciudad de Salta. La internaron y medicaron, pero después le dijeron que no podían seguir suministrándole los medicamentos porque tenia su DNI vencido. Para esto, necesitaba su partida de nacimiento, trámite que era demorado.
Ella no podía esperar y no tenía dinero para los medicamentos. Por esta razón, su madre Martha la acompañó al terminal, a emprender un viaje de casi dos días hasta Buenos Aires.
Tras el largo viaje, era tiempo de los tramites, sin embargo, en el hospital Ramón Sarda la recibieron. Eduardo Valenti, (Director de Médicos del Hospital), afirmó que, según la Constitución Nacional, no se le puede negar atención a ninguna persona.
Además, el hospital tiene una residencia con 36 camas, donde habitan las madres de los bebés que deben permanecer en terapia intensiva o intermedia. Estas mujeres se les brinda comida, cama y comedor, habitan ahí hasta que el niño sea dado de alta.
Allí permanece Adriana, en su semana treinta de embarazo, después de que su cuerpo aguantara tanto; los estudios revelaron que dos de sus bebés no estaban creciendo adecuadamente. El 7 de mayo a las 4:30, por cesaría, nacieron Zoe Fiorela, Jeziel Mauricio, Adriel Shamil y Gabriel Ulises.
A pesar del miedo de la madre, al escuchar llorar a sus bebés, su felicidad fue incomparable. Ulises, el padre, no había podido conocerlos, solo por fotos, la madre comentó que sus hijos son un milagro y que siempre estuvo aferrada a Dios.
Que pondrá todas sus fuerzas para salir adelante. Porque logró traer cuatro vidas al mundo asolado por una pandemia, desafiando pronósticos y contratiempos.
Fuentes: El Clarín
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