El mediodía llegó puntual, con un sol radiante que hizo crujir los techos y agrietó el aliento de los más impacientes. En Magangué, ciudad donde el calor se toma su tiempo para irse, los árboles de mango hicieron lo que saben: dieron sombra y ofrecieron algunos frutos como ofrenda a la ceremonia que estaba por comenzar.
Sesenta y cuatro jóvenes se encontraban allí, en filas rectas pero con un temblor interno causado por las emociones y la expectativa. Algunos venían del sur del departamento, otros de la ribera, uno que otro con acento de monte. Todos llevaban uniforme impecable, botas relucientes y una promesa en el pecho: la de servir con la frente en alto.
No hubo banda marcial ni orquesta, pero sí palmas, ojos húmedos y el sonido profundo de los nombres leídos uno a uno. Las madres, unas con pañuelos al cuello y otras con chancletas gastadas, observaban como el fotógrafo que desea capturar la instantánea de un momento que no volverá.
A un costado, los mandos policiales mantenían el gesto firme. El coronel Alejandro Reyes Ramírez alzó su voz para recordar que servir a la comunidad exige fuerza pero también respeto, valor y memoria. La cancha de fútbol se convirtió en ceremonia, el sudor se transformó en símbolo, y el juramento flotó como polen de ceiba en los aires de La Esmeralda.
No hay magia más cierta que la que nace de una decisión libre. Los 64 cruzaron la línea invisible que separa al muchacho del servidor. Ahora llevan su decisión con orgullo y llevan con alegría el radio, el deber y la confianza ajena.
Esa tarde, cuando todo concluyó, el mango volvió a soltar frutos. Uno rodó hasta el pie de una madre que aún permanecía en su lugar. Lo recogió, lo partió en dos y ofreció la mitad a su hijo. “Ahora sí, mijo”, manifestó. Y no hizo falta decir más.
La comunidad de este municipio agradeció la participación de todos los habitantes en esta significativa celebración, un acto especial donde se reflejo el esfuerzo y la dedicación de cada uno de estos jóvenes, así como un paso importante que refleja un futuro más seguro para la región.