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La cultura política en Colombia

por Jairo Gómez Muñoz

A finales del mes de octubre del presente año, los colombianos vamos a elegir gobernadores, alcaldes, concejales, diputados y organismos de acción comunal. Componentes esenciales del poder ejecutivo, que entre sus responsabilidades tienen los artículos 300, 305, 313, 314 , 315, de la constitución, ademas de dirigir y ejecutar lo necesario para permitir parte del el funcionamiento del estado.

Es un deber ciudadano auditar los procesos de la registraduría para que en verdad se suba al poder el candidato que el pueblo eligió, posteriormente se debe buscar la transición al cumplimiento por parte del mandatario y de no llegar a cumplir los objetivos de la misma forma en que los subimos los podemos bajar. Haciendo respetar la parte privada que todos los días lucha por seguir aportándole a los procesos del estado que de manera hipócrita e insensible el estado no agradece el pago de los diferentes impuestos y en vez que ayudar al empresariado, actúa como palo en la rueda al aplicar una teoría que no encaja en el contexto empresarial ocasionando el cierre de las empresas.

Con los malos días mencionados anteriormente hay una esperanza, que esta renaciendo la cultura política en Colombia y la aplicación de la letra de los estatutos de los partidos políticos y muchos ciudadanos estamos trabajando para que las instituciones públicas impulsen el desarrollo de la nación, para que se entienda que la vida es sagrada, la presencia del estado en todo el territorio, que sea inaplazable el derecho a la educación de todos los niños, entre otras prioridades.

Mientras entre todos terminamos de pulir este proceso, invito a la ciudadanía a asistir a todas las reuniones políticas que se puedan ya sea para ayudarle a un amigo a hacerle bulto, ha almorzar o a contestarnos nuestro pensamiento interno que nos hacemos de “Me gusta este candidato, yo creo que le voy a dar el voto”, vaya escúchelo y fortalezca la democracia. A leer la ley de moda, la ley 130 del 94 que reza todo lo necesario para los candidatos que deseen aspirar por firmas ya sea para saltar la barrera que le ponen los necróticos caciques políticos, para disfrazarse de independiente, para cumplir el proyecto de ser elegidos popularmente o para negociar y partir un pedazo del pastel público.

Nauseas nos debe dar un candidato que después de haber hecho el proceso de recolección de firmas, se una a otro candidato, aplicando el dicho coloquial: si están tan “braveros” que lleguen hasta el final y no se burlen de la ciudadanía que al ellos pensar que porque nadie los vio en la reunión a manteles no nos hemos dado cuenta de que han negociado parte de la burocracia municipal o departamental y lo más jocoso del asunto es que hay candidatos que son ingenuos al hacer acuerdos con personas muy débiles electoralmente y se convencen que han adherido grandes sufragios a sus campañas. Al igual que candidatos que ingenuamente aceptan coaliciones también hay negociadores que se creen que les van a cumplir. A Dios darle las gracias por bendecir la patria y no sentar a personas dueñas de parapetos de organizaciones “sociales-ambientales” que mucho daño le pueden hacer a la democracia.

Una bonita y bendecida semana para todos.

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